Twitter, Facebook, un blog, una página web, correo electrónico… Fabián, ingeniero y profesor de telecomunicaciones, lo tuvo claro hace unos años. Internet y las redes sociales tenían que ser la piedra angular para que la empresa familiar turronera de la que él formaba parte se modernizara y ganara clientes. Desde su época de estudiante en la universidad, Fabián aprovechaba para vender turrón entre sus compañeros y profesores, pero se dio cuenta de que ir con el catálogo a cuestas, las hojas de pedido, etc. era bastante más lioso que colgar en internet un muestrario con todos los productos que la empresa ofertaba.