Roma es mucho más que pizza y pasta, es casquería (¡la pobre cucina romana!), alcachofas (los judíos las cocinan con maestría), helados cremosos de curvas sinuosas, callejuelas con terrazas que invitan al dolce far niente, puestos de castañas asadas en esquinas famosas o recónditas… Es una ciudad capaz de despertar y volver loco al sentido del gusto. Este es mi álbum de fotos de Roma: